Junio acaba, y llegan las vacaciones escolares.
Pocos niños corretean por la plaza. El escondite.
En las puertas, salen al fresco algunos jubilados que vuelven al veraneo
Al fresquito del pueblo
Olor a paja seca, recién segada
Calor intenso, seco, siempre por San Pedro.
A lo lejos,
hacia la cuesta Ayuso o La Nava,
se escucha el rugir de las cosechadoras que aprovechan la noche.
Idas y venidas de tractores con la carga del grano.
En su callejeo,
el paseante piensa cuántas puertas cerradas,
ya no recuerda quién vivía en ellas
(también ella se fue un día en su juventud, y ha vuelto para quedarse)
Poca animación en la plaza.
Apenas un bar abierto, cada vez somos menos.
Ahora otros tiempos,
Y cavila qué se podría hacer para devolver más vida a su pueblo.
Celia Herranz
Junio 2015