Andrés (elegía a una buena persona)

Mirada franca. Sincero.
Hombre de una sola pieza.
Acreditar tu grandeza
y tu integridad, requiero.

Tardaremos en caer
en la cuenta de tu ausencia;
pues tu entrañable presencia,
olvidarla es no poder.

Esa imagen imborrable
de tu caminar lastrado.
De tu duda razonable…
Culto. Discreto. Educado.

Tus sanas curiosidades.
Tu lucha sorda y tozuda
frente a las adversidades.
Entrega limpia. Desnuda.

Sabio. Humilde en tu quehacer.
Risa fresca. Contagiosa.
Y esa tu forma de ser:
confiada y animosa.

Sufriste para vencer
tu dolencia personal.
Tus hijas y tu mujer
siempre atentas a tu mal.

Segovia te enamoraba
-su cultura, tus paseos…-.
Y su entorno te colmaba
de ilusiones y deseos.

¡Lucen coronas de flores
Nueva Segovia, el Parral,
el Eresma y el Clamores,
Juan Bravo y la Calle Real!

Te lloramos consternados.
Tu muerte nos sorprendió
por traidora. E indignados
porque… ¡ni tregua te dio!

Urdió un golpe vil, brutal
-con taimada alevosía-
donde más daño te hacía
esa guadaña mortal

La dura y cruel realidad
nos privará –en adelante-
de tu tan cordial talante.
De tu generosidad.

Recibe este adiós postrero,
dondequiera que tú estés.
Para todos fuiste, Andrés,
amigo, guía, hospedero…

D.E.P.

PARA ANDRÉS CERRACÍN ARRANZ (El “Niño” de la peña “Los Vampiros”)
Luis Arranz Boal (Sabadell)

Al político imputado, sin sueldo y encarcelado

Algunos políticos, cuando han sido elegidos, desoyen, desprecian y hasta roban a su pueblo. Incluidos sus propios votantes. La Autoridad normalmente se ejerce. Del poder, muchas veces se abusa. Aunque no todos los políticos son iguales.

Polis –del griego- es ciudad.
Política es gobernar
al pueblo con dignidad.
Y por el pueblo, luchar.

Escucharle al legislar;
su mandato, obedecer;
sus libertades, jurar;
sus derechos, defender.

Esta es su razón de ser:
en perfecta comunión,
la Democracia al poder
gobernando a su nación.

Nosotros los elegimos
y, en ellos, depositamos
la esperanza que exigimos
a quien fielmente pagamos.

Hay políticos, hoy día,
que rompen esta cadena.
Dejan el arca vacía
y su caja fuerte, llena.

Con falsas financiaciones
y otros cobros ilegales,
van evadiendo millones
a paraísos fiscales.

En limusina, escondidos,
compran jueces y abogados.
Y financian sus partidos
con los dineros robados.

La más digna profesión,
ajada y prostituida.
Y, del pueblo, la ilusión
defraudada y destruida.

Les declaran imputados
y se muestran ofendidos…
Simulan ser atacados.
¡No se dan por aludidos!

Democracia… ¿Qué te pasa
que no sabes protegerte?
Quienes atacan tu casa
demuestran no conocerte.

El pueblo va a defender
tu valor y tu verdad.
Volverán a renacer
justicia y honestidad.

¡A la calle! Que ya es hora
de echar a tantos bribones.
¡Salgamos todos ahora!
¡Basta ya de corrupciones!

Desde la casa del Rey
hasta el último ladrón…
¡Aplíqueseles la ley!
¡¡Que los lleven a prisión!!

 

Luis Arranz Boal

A esa suculenta morcilla

Por su excelente virtud
le escribo esta redondilla
a una afamada morcilla
que agasaja mi salud.

Sangre, arroz, grasa, picante…
Blanda, suave y esponjosa.
¡Tan gordita y tan hermosa…!
Corte fino y elegante.

En una tripa embutida,
revienta con el calor.
Al aliento le da “vida”
y, a las mejillas, “color”.

En cada pueblo, le dan
un toque que hará el placer
de quien –con vino y con pan-
presto se la ha de comer.

La de mi pueblo natal
se me muestra incomparable.
¡Su color tan natural!
¡Su sabor tan agradable!

No es otro producto más.
Es calidad contrastada
-con cariño elaborada-
que no defrauda jamás.

El que nunca la ha probado
no sabe lo que se pierde
cuando en su boca la muerde
y el estómago ha saciado.

Años ha de su existencia.
Nos revitaliza el Eros.
Los más recios caballeros
se inclinan en su presencia.

Este escrito va a acabar
porque ya hambre me va entrando,
con sólo estar relatando
tan exquisito manjar.

Adiós, morcilla querida
que en la mesa me acompañas
alentando mis entrañas…
¡Eres la sal de mi vida!

Dedicado a las morcillas elaboradas en Bernardos (Segovia)

Luis Arranz Boal (Sabadell)

¿NAVIDAD POBRE? ¡¡POBRE NAVIDAD!!

Navidad: extroversión dilapidante,
compulsión a un consumismo desmedido.
¿Alguien piensa en el que no puede comer
porque ya todo en la vida lo ha perdido?

Los parados, los enfermos, los reclusos,
los ancianos, los pobres, los desahuciados…
¿Qué celebran estos días todos ellos
en viviendo solos, tristes, marginados…?

Una cama, agua caliente, ropa limpia,
un bocado, unas palabras de cariño…
¿Valoramos lo que valen estas cosas?
¿Quién se anima a hacer feliz a un pobre niño?

Luis Arranz Boal (Sabadell)

El «Furor» de mis vecinos

(Todos hemos tenido algún
vecino “fogoso”)

Gritos, golpes, pataleos;
tembleques en ambas piernas.
¡Ay…! ¡Sí…! ¡Ya…! Ruidos, jadeos…
De amor, palabras eternas
a voces y sin rodeos.

Sudores, gozos sonoros…
Ese ir arriba y abajo,
esas risas –que son lloros-
forcejeo sin relajo
sudando por los mil poros.

Las cuatro patas que aguantan
vieja cama de madera
crujen, se quejan, se espantan…
Brincando de tal manera
que el cuerpo casi quebrantan.

Chirrían somier y suelo.
La libido resucita
provocando tal revuelo
que algún vecino se excita
y la vecina entra en celo.

La comunidad se asoma
por las ventanas a oír
cómo el marido la “toma”
con tanto ardor y sentir
que, a poco más, la desloma.

Sus sonrisas y miradas
denotan complicidad;
comentando estas sonadas
muestras de felicidad
-feroces y entrecortadas-.

Rematan tensa faena
con tan profundos gemidos
que, en noche de luna llena,
de lobos son los aullidos
con tan exótica escena.

Luis Arranz Boal